Los Deportes Extremos y la Inseguridad: Como la actividad fundamental de las compañías de vigilancia debe enmarcarse dentro del ámbito de la prevención y la disuasión (Decreto 356 de 1994), queremos advertir comedidamente a nuestros clientes residenciales que en Bogotá y sus alrededores se está imponiendo como modalidad delincuencial muy lesiva el acceso a los edificios de apartamentos a través de los balcones y las terrazas. Los edificios recargados contra cerros o emplazados en lugares con marcadas diferencias geológicas o de nivel también están en peligro. Las personas de bien juzgan que al hallarse su vivienda en un lugar alto están más allá de los riesgos y problemas que se presentan a nivel de la calle, pero tal premisa es falsa. Hoy los ladrones son mucho más arriesgados y acceden a los sitios que presentan elevación mediante escalamiento o descenso. Debido al desarrollo de los deportes extremos y a la dedicación a éstos de muchos jóvenes proclives al delito, hemos encontrado que hay bandas que operan basadas en estas nuevas tendencias atléticas tomadas en su origen del montañismo, el alpinismo y el paracaidismo: 1. El parkour, también conocido como l'art du déplacement (arte del desplazamiento), es una disciplina que consiste en desplazarse de un punto a otro lo más fluidamente posible, usando las habilidades del cuerpo, sin herramientas de ninguna clase. Esto significa superar todos los obstáculos que se presenten en el recorrido, tales como vallas, muros o paredes (en ambientes urbanos) e incluso árboles, formaciones rocosas o ríos (en ambientes rurales). 2. La escalada artificial de muros o paredes o ACW (artificial climbing wall) consiste en trepar obstáculos verticales construidos con materiales artificiales en espacios urbanos. 3. El outdoor climbing consiste en subir o escalar paredes verticales de roca al aire libre con la ayuda de las manos, zapatillas especiales o cuerdas. 4. El bungee jumping es una actividad que involucra el salto desde una estructura alta, conectado el deportista extremo a una cuerda elástica que lo hace rebotar. Recomendaciones:
1. Se sugiere, en primer lugar, que todas las unidades de vivienda dispongan de sistemas de alarma individuales, ojalá monitoreados a distancia por empresas especializadas. 2. No basta con la vigilancia presencial en los accesos de los multifamiliares: se requiere el apoyo de la tecnología de seguridad en cada casa o apartamento. 3. Los guardas responden por las porterías y algunas zonas comunes pero no saben qué pasa en el interior de las casas y apartamentos y en lugares recónditos que no observan ni rondan. 4. Con los dispositivos periféricos de las alarmas se combate de manera efectiva la intrusión por las puertas principales y secundarias, las ventanas, las puerta-ventanas de los balcones y las terrazas, las claraboyas, las paredes, los patios, jardines y antejardines y las zonas verdes. 5. Hoy, los sensores de movimiento se pueden graduar y hay algunos “antimascotas” inclusive. 6. Los kits de alarma también contienen obturadores inalámbricos de pánico para quienes se mantienen solos en las residencias. 7. Las concertinas, las cercas electrificadas, los picos, los cadillos y los demás herrajes de protección que existen en el mercado actúan como barreras u obstáculos que pueden causar daños a los delincuentes o a cualquiera que pretenda acceder en forma anómala. 8. Obran, sobre todo, en el terreno sicológico pues disuaden a los ladrones de perpetrar fechorías en la propiedad que presenta dificultades. 9. La instalación de barreras fotoeléctricas que alerten sobre intrusiones conviene en alto grado. 10. Estos sistemas tienen la ventaja de no afectar estéticamente las zonas verdes, los balcones, las terrazas, los encastres y las junturas de los edificios. 11. La vigilancia presencial no es suficiente por sí misma. La tecnología suma. 12. En suma, la seguridad debe entenderse de forma dinámica y progresiva, con un enfoque estratégico.
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