Viajar en semana santa puede
resultar edificante y divertido, pero hay que tener en cuenta las siguientes
recomendaciones aparte de las relacionadas con la casa y la empresa:
1. Revise el estado del vehículo:
Que esté sincronizado, que funcionen correctamente los frenos y los cinturones
de seguridad, que los vidrios no estén dañados y que se halle en buen estado
mecánico. A propósito, la revisión técnicomecánica y de gases se inicia a
partir del sexto año de haber salido el automóvil del concesionario, se debe
efectuar en adelante cada año y es requisito sine qua non para tramitar el SOAT.
2. Asegúrese de tener al día
el SOAT: En caso de accidentes de tránsito el SOAT ampara a quienes se lesionen
físicamente. Por ello transitar sin tenerlo al día, además de ser de altísimo riesgo,
acarrea una multa de 30 salarios mínimos y la inmovilización del vehículo, sin
contar con que en caso de accidente el responsable tendría que asumir los gastos
por servicios médicos de emergencia.
3. Importancia del seguro “todo
riesgo”: Aunque no es obligatorio, es clave tener un seguro “todo riesgo” para
vehículos que asista en carretera en caso de daños diferentes a accidente. Su
alcance depende de lo acordado con la aseguradora a título de cobertura. Es
posible incluir en la póliza desde la cobertura total o parcial en caso de
hurto hasta otros servicios adicionales como la asistencia de un conductor
elegido o la sustitución.
4. El “kit” de carretera: El “kit”
de carretera debe cumplir lo establecido por el artículo 30 de la Ley 769 de
2002 y no llevarlo completo o tenerlo pero en mal estado puede acarrear una
multa de 8 salarios mínimos.
5. Muy importante: Conviene cerciorarse
de estar en un estado de salud óptimo, dormir y comer bien, no consumir alcohol
ni drogas enervantes, mantenerse hidratado, planear el viaje, llevar la
documentación personal y la del carro, siempre tener un plan b en cuanto a vías
alternas, tener a la mano los contactos de emergencia y llevar dinero en
cantidad suficiente. Además, hay que evitar violar la ley y convertirse en un
transgresor. Para esto, lo primero es conocer bien el código de tránsito.