Divulgar mentiras siempre ha sido una actividad propia de cobardes pero hoy, ante el profundo impacto negativo del Covid-19 sobre todos los aspectos de nuestra existencia, es algo todavía más inicuo!
La principal recomendación en este difícil trance es enterarse de las novedades en los sitios oficiales, tratar de entender todas las aristas y circunstancias del problema y abstenerse de participar con fines divulgativos en las redes sociales porque la verdad no está en el tumulto ni en la vocinglería.
Si un ciudadano consciente no entiende algo, debe leer, enterarse con aplicación y seriedad en las fuentes más confiables y no usar los recursos de la telemática contemporánea para la degradación moral y el chisme.
La contención en los comentarios puede ser el mejor aporte de las mayorías frente a la pandemia. Definitivamente, hay que dejar hablar a los que saben para que nos orienten en este pandemónium.