Agradezco la confianza de mis compañeros,
quienes me delegaron la tarea de dirigir una breve alocución esta mañana con
motivo del trigésimo aniversario de Salvaguardar, efemérides que tiene un
profundo significado para los presentes y que celebramos en realidad ayer 4 de
agosto.
Quiero entrar en materia sin demoras,
congratulando en primer lugar a los directivos -a doña Cecilia, a don Luis
Antonio, a don Jairo y a doña Marta-, pero también extendiendo a todos
nosotros, que constituimos una muestra del panorama de colaboradores de
Salvaguardar, los parabienes ante el suceso favorable y aprovechar el espacio
concedido para expresar una reflexión sintética sobre tres aspectos que
despiertan enorme interés acerca de la empresa.
Primero
Si bien es cierto Salvaguardar es una empresa
familiar que fue gestada por el mayor Luis Alberto García Mora y que ha sido
sostenida durante los últimos años por su esposa e hijos, circunstancias que le
imprimen una personalidad única, la firma fue capaz de desarrollarse y
consolidarse mientras afrontaba los retos de la competitividad y luchaba por
crecer y sostenerse generando utilidades. Fue así como su contexto se amplió,
sus niveles se institucionalizaron y profesionalizaron, y pudo adquirir
destrezas suficientes para ingresar con ímpetu en el mercado de la seguridad
privada moderna y disputarse una franja en la cual muchos émulos no se
distinguen por el decoro. En suma, nuestro modelo de gestión ha evolucionado
con los tiempos y esto nos ha facultado para desarrollar vocación de
permanencia en medio de los avatares de los negocios y las exigencias despiadadas
de los clientes, anticipándonos, reaccionando con dinamismo y prestando
servicios de excelente calidad siempre.
Segundo
En Salvaguardar Ltda, a diferencia de los que
sucede en muchas empresas pequeñas y medianas en Colombia -que colapsan antes
de poder festejar su primer decenio-, sí se ha desarrollado lo que podríamos
llamar un protocolo o un código de familia. Aquí se percibe que los socios
administran con sindéresis sus roles e intereses como vástagos de un mismo
tronco, que aprecian y protegen el legado del fundador y que aceptan unos
preceptos tácitos que les permiten gobernar, sucederse y repartir las funciones
con base en una meritocracia admirable sin privilegios, nepotismos ni
conflictos de roles. Obviamente en esta materia habrá retos a futuro cuando
sobrevengan los relevos generacionales, pero las pautas ya fueron fijadas con
fundamento sólido y demostrado éxito por nuestros líderes hoy.
Tercero
En Salvaguardar Ltda las finanzas están
delimitadas y organizadas, garantía clave que abona el terreno hacia la
prosperidad. Aquí no reina la confusión entre los patrimonios y el haber
empresarial no se ha convertido en despensa de la improvisación, como sí pasó,
a contrario sensu, en tantos negocios
colegas ya desaparecidos o en algunos que sobreviven con terribles
dificultades. Aquí, además, se honra al trabajador compensándolo en concordancia
con los presupuestos legales y con una perspectiva de compromiso social, lo
cual crea un escenario apto para el desarrollo digno.
A punto de concluir, quiero señalar que en
Salvaguardar Ltda todos y cada uno de los trabajadores aquí presentes y todos y
cada uno de los demás a quienes representamos encontramos un ambiente amable
que nos ha impulsado a crecer creyendo con pasión y compromiso en lo que
hacemos. El trabajo en equipo y el tener metas que nos conducen a mirar cada
vez más alto son factores que nos dignifican.
Nuestra gratitud imperecedera y nuestra
lealtad a la familia García Salazar por propiciar a través de su amplia visión,
de sus buenos principios y del tesón y la persistencia las condiciones para que
todos podamos alcanzar las metas personales y familiares que constituyen ni más
ni menos que nuestros proyectos de vida. De seguro, el futuro nos deparará
muchísimos más éxitos y recompensas en las que ni siquiera nos hemos atrevido a
soñar.
¡Feliz treinta aniversario para toda la
compañía y muchas gracias!