Hoy, en EUA, es el Día
Nacional de los Niños Desaparecidos. Esta fecha fue
establecida por el presidente Regan hace 33 años.
Su símbolo fue el menor
Etan Patz, un colegial neoyorquino del bajo Manhattan, de clase media, de seis
años de edad, que al parecer fue raptado y asesinado por un pederasta que
ahora, a los 51 años, habría aparecido para confesar su crimen.
Es válido preguntarnos
entonces, ¿cuántos niños desaparecen a diario en nuestro país y qué estamos
haciendo por encontrarlos?
Aquí necesitamos más
repudio y colaboración de la sociedad y más compromiso y eficacia del gobierno
y sus entes policivos, fiscales y judiciales. Suceden hechos como los
protagonizados por Garavito y por su copy
cat, el Monstruo de los Cañaduzales, y nos demoramos mucho tiempo en
reaccionar...
En las agrupaciones de vivienda que cuidamos es imperativo que los niños no puedan salir por su cuenta sin acompañamiento de adultos responsables; que no se les permita adquirir golosinas y helados a través de las barreras del perímetro; que las fiestas infantiles que se celebran en los salones comunales tengan presencia de adultos que controlen los juegos y las distintas actividades de esparcimiento; que los niños no jueguen solos en las piscinas y en los parques internos, y que siempre se les despida y reciba por un adulto responsable cuando los recojan y dejen los transportes escolares.
En las agrupaciones de vivienda que cuidamos es imperativo que los niños no puedan salir por su cuenta sin acompañamiento de adultos responsables; que no se les permita adquirir golosinas y helados a través de las barreras del perímetro; que las fiestas infantiles que se celebran en los salones comunales tengan presencia de adultos que controlen los juegos y las distintas actividades de esparcimiento; que los niños no jueguen solos en las piscinas y en los parques internos, y que siempre se les despida y reciba por un adulto responsable cuando los recojan y dejen los transportes escolares.
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