La Gerencia General de Salvaguardar Ltda nos ha pedido divulgar el caso con urgencia, generando una circular dirigida a los puestos de este tipo y actualizando nuestro blog con una nueva entrada.
La habilidosa táctica de los antisociales consiste en lo siguiente:
1. Llega a la portería un particular aduciendo que tiene una cita con un residente y le manifiesta al guarda, con todo detalle y de forma muy convincente, los datos para su anuncio (a veces, en los multifamiliares nuevos, estas personas exponen que están aguardando a los representantes de una agencia inmobiliaria para un trámite o alguna diligencia).
2. Como el habitante solicitado no se encuentra en las instalaciones, el visitante finge esperarlo por largo rato hasta que acostumbra al portero a su presencia.
3. Pasado un tiempo, el falso visitante pide permiso para sentarse en la portería (y hasta para usar los servicios sanitarios), a lo cual accede el hombre de seguridad en tanto ya está familiarizado con el elegante y amable tercero (máxime si es una joven agraciada).
4. En algún momento posterior llegan al acceso vehicular otras personas en actitud de ingresar (después dirán que se equivocaron y se marcharán), obligando de esta manera al guarda a desplazarse y a dejar sólo al visitante que en forma pacífica continúa a la espera.
5. Una vez el guarda abandona la portería, el extraño que permanece allí les abre la puerta a otros individuos (que antes merodeaban en vehículos por el área), quienes entran con total libertad para dedicarse a violentar las puertas y cerraduras, a entrar por la fuerza a los domicilios y a hurtar elementos valiosos fácilmente transportables bajo las prendas o en bolsos o morrales con doble fondo.
6. Al final, todos salen despidiéndose: los ladrones fingiendo ser residentes o visitantes normales y quien espera en la portería porque se cansó o porque dizque le cancelaron la cita por celular.
Como se ve, la artimaña de los delincuentes, que puede parecer muy elaborada pero no es más que un enredo vulgar y bastante ridículo que apunta a anular al vigilante poco cauteloso, tiene éxito por la violación de dos normas fundamentales del protocolo de seguridad de los conjuntos:
1. EN LAS PORTERÍAS DE LOS MULTIFAMILIARES NO PUEDEN PERMANECER PERSONAS EXTRAÑAS AL SERVICIO DE VIGILANCIA O A LA ADMINISTRACIÓN y
2. SIEMPRE QUE EL GUARDA TENGA QUE RETIRARSE DE LA PORTERÍA PEATONAL PARA ABRIR EL GARAJE O PARA ATENDER OTRAS LABORES PROPIAS DE SU OFICIO, EL PORTÓN DE ACCESO DEBE QUEDAR CERRADO CON LLAVE.
Tendríamos que añadir otras tres reglas de oro para los vigilantes:
1. Usted es la autoridad en el puesto de vigilancia: nadie puede obligarlo a hacer lo que no debe, no puede o no quiere;
2. Trate de conocer y distinguir muy bien a los residentes, y
3. No omita la requisa de los terceros (familiares de los residentes, visitantes, empleadas domésticas, proveedores, mensajeros, domiciliarios, técnicos y operarios, proveedores, etc.).
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