
Nos quedaron al menos tres enseñanzas:
1. Constatamos que la policía nacional tiene un nuevo rostro más amable y que su cercanía a las comunidades es pieza clave para fomentar su evolución técnica;
2. Las empresas de seguridad tienen una misión que las proyecta más allá de sus particulares intereses económicos: engranan con los más altos valores de la sociedad, y
3. El guarda es el pivote de la industria de la seguridad privada y tenemos que trabajar aún más en su profesionalización y fidelización.
¡FELICIDADES PARA TODOS LOS COLABORADORES DE LA SEGURIDAD PRIVADA!
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